La ortodoncia es uno de los tratamientos más efectivos para lograr una sonrisa alineada y funcional.
Sin embargo, durante el proceso pueden aparecer pequeñas molestias que, aunque no suelen ser graves, sí generan incomodidad o preocupación en nuestros pacientes.
Si conocemos con cierta previsión los problemas más comunes y cómo actuar ante ellos, nuestra convivencia con la ortodoncia será más tranquila y con mayor confianza.
¡Empezamos!
Llagas y rozaduras en la boca
Uno de los primeros inconvenientes que suelen aparecer al comenzar la ortodoncia son las llagas o pequeñas heridas en el interior de las mejillas, labios o lengua. Esto ocurre porque los brackets o los alambres están en contacto constante con los tejidos blandos de la boca, que necesitan su tiempo para adaptarse.
¿Qué hacer?
- Aplica cera de ortodoncia sobre el bracket o alambre que esté causando la rozadura.
- Enjuaga la boca con agua templada y sal para acelerar la cicatrización.
- Evita alimentos muy ácidos o picantes, que pueden intensificar la molestia.
Lo positivo es que estas heridas suelen mejorar a medida que la boca se adapta al aparato.
Dolor o presión en los dientes
Es normal sentir dolor o presión en los dientes, sobre todo tras los primeros días de colocar los brackets o después de los ajustes periódicos. Esta molestia es señal de que los dientes están respondiendo al movimiento que buscamos.
¿Qué hacer?
- Toma analgésicos suaves recomendados por tu dentista, si el dolor es intenso.
- Opta por comidas blandas durante los primeros días.
- Evita morder alimentos muy duros que puedan aumentar la presión.
Generalmente, esta incomodidad desaparece en pocos días y cada vez se tolera mejor conforme avanza el tratamiento.
Brackets o bandas sueltas
En ocasiones, un bracket puede despegarse o una banda metálica puede aflojarse, ya sea por morder algo duro o por un golpe accidental. Aunque no siempre es doloroso, sí es importante solucionarlo lo antes posible para que el tratamiento no se retrase.
¿Qué hacer?
- Si el bracket sigue sujeto al arco, déjalo en su lugar y cúbrelo con cera para evitar roces.
- Si se desprende completamente, guárdalo en un recipiente limpio y llévalo a tu dentista.
- Pide cita lo antes posible para que el ortodoncista lo recoloque.
Nosotros nos encargamos de la reparación. Si lo haces por tu cuenta, podrías dañar el diente o alterar el movimiento planificado.
Alambres que pinchan
Un alambre que se desplaza o se rompe puede rozar la mejilla o la lengua, causando gran molestia.
¿Qué hacer?
- Coloca un poco de cera de ortodoncia en el extremo que pincha.
- Si el alambre sobresale demasiado y no puedes acudir de inmediato al dentista, puedes cortarlo con unas tijeras de uñas previamente desinfectadas.
- Llámanos cuanto antes para pedir una cita y lo ajustaremos correctamente.
Dificultades al comer
La ortodoncia obliga a modificar algunos hábitos de alimentación. Es frecuente que los pacientes se quejen de que ciertos alimentos se quedan atrapados entre brackets o que morder resulta incómodo.
¿Qué hacer?
- Evita alimentos muy duros (frutos secos enteros, manzanas a mordiscos, caramelos) o pegajosos (chicles, golosinas).
- Corta los alimentos en trocitos pequeños antes de comerlos.
- Mantén una rutina de higiene minuciosa para evitar la acumulación de restos entre los dientes.
Problemas de higiene dental
Los aparatos pueden dificultar el cepillado y el uso del hilo dental, lo que aumenta el riesgo de placa bacteriana, manchas o inflamación de encías.
¿Qué hacer?
- Usa cepillos interdentales o irrigadores para limpiar entre brackets.
- Convierte tu cepillado diario en un ritual de al menos 3 minutos después de cada comida.
- Haz de los enjuagues con flúor tu mejor aliado junto a las limpiezas para reforzar el esmalte.
Urgencias y visitas al dentista
No todos los problemas requieren acudir de inmediato, pero hay situaciones en las que es fundamental pedir cita lo antes posible:
- Dolor intenso que no cede con analgésicos.
- Heridas profundas por alambres o brackets.
- Brackets o bandas caídas que impiden seguir el tratamiento.
El ortodoncista es la única persona capacitada para resolver estos imprevistos sin afectar el plan de tratamiento.
A modo de conclusión, la ortodoncia es un proceso que transforma sonrisas, pero también requiere paciencia y disciplina. Los pequeños problemas que surgen en el camino tienen solución rápida y no deberían convertirse en motivo para abandonar el tratamiento.
Con una buena comunicación con tu dentista, el uso de productos de apoyo como la cera de ortodoncia y una correcta higiene diaria, podrás superar fácilmente estas molestias y centrarte en lo más importante: el resultado final, una sonrisa alineada y saludable que durará toda la vida.
Hasta pronto.


