Escrito por la Dra. Natalia García.
Muchos pacientes acuden a la clínica dental OROA a revisión y a someterse a posteriores tratamientos, siempre y cuando la situación lo requiere. Dentro de la oferta de tratamientos en base a las necesidades propias de cada paciente, uno de los más comunes son los implantes.
Precisamente de ellos vamos a hablar en este post, concretamente de las patologías asociadas a ellos. Pero no os alarméis porque estos no están asociados a ninguna patología o, dicho de otra manera, si seguimos una correcta higiene bucodental ya sea con implantes o sin ellos, los problemas bucodentales los dejaremos de lado.
Aun así, preferimos que estéis informados de todo y que seáis conscientes de la importancia de unos hábitos bucodentales saludables.
Por eso, ya tengas implantes o no lo tengas, este artículo te interesa. Vamos con ello.
¿A qué se le denomina periimplantitis?
Reconocemos que a veces la terminología asociada a los dientes no resulta muy cercana, pero intentaremos explicarlo de la mejor manera posible. La periimplantitis básicamente es una inflamación del tejido que recubre el implante. Cuando este proceso inflamatorio alcanza un nivel demasiado alto, se pone en riesgo la estabilidad del hueso que lo sujeta llegando incluso a perderlo.
Dentro de esta patología, hablamos de mucositis periimplantaria cuando la inflamación afecta solamente a los tejidos blandos. Si se deja pasar y no se aplica un tratamiento a tiempo, desemboca en la periimplantitis de la que estamos hablando.
¿Cuáles son sus causas?
Como suele ser habitual en cualquier patología bucodental, algunas de las causas que provocan la aparición progresiva de la periimplantitis son el tabaco y una deficiente salud o higiene bucodental.
Asimismo, también hemos de destacar dos que son especialmente importantes:
- Las bacterias presentes en la boca se alojan o se depositan en la parte más superficial del implante. Aquí encontramos una relación directa con una deficiente higiene bucodental.
- El estrés propio de la masticación sobre todo si el implante se ha colocado de forma incorrecta.
Diagnóstico clínico
Conociendo las causas y ya con el paciente en nuestra consulta alertado por estas señales, los odontólogos que tratamos esta patología en nuestro día a día manejamos una serie de criterios clínicos que nos llevan al diagnóstico de la periimplantitis.
Por un lado, observamos un enrojecimiento de la zona que rodea el implante y sangrado del sondaje que realizamos para colocar el implante, así como de dolor local y cierta movilidad del implante. Este es una señal clara de que algo va mal dado que el implante nunca debe moverse. Y por otro, pérdida ósea del hueso que sujeta el implante, tal y como hablábamos al comienzo, a través de una radiografía.
¿Cómo trabajamos esta patología?
Llegados a este punto y diagnosticado el problema, el tratamiento debe efectuarse lo más rápido posible y de forma eficiente.
Contamos con varias soluciones. Una conocida como desbridamiento subgingival o raspado con el que separamos el tejido gingival (manual o mediante medios mecánicos) y limpiamos la zona afectada con el objetivo de eliminar la inflamación. A esto lo llamamos cirugía de acceso. La regenerativa consiste en recuperar la masa ósea con injertos de hueso y una tercera llamada resertiva, en la que se modifican tanto los tejidos blandos como la masa ósea.
En este sentido, también optamos por el uso de antiinflamatorios que, según nuestra experiencia y así lo constatan algunos estudios, es la alternativa que mejores resultados nos aporta.
Sin embargo, desde la clínica dental OROA hacemos una reflexión: el mejor tratamiento y la prevención. Y, para ello, es fundamental el cuidado diario de nuestra boca y dientes con una higiene bucodental adecuada, cepillándonos los dientes después de las comidas, incluso aunque estemos fuera de casa.
Con toda esta información, esperamos que hayas resuelto las dudas relacionadas con la periimplantitis y que este término ya no te resulte tan extraño.
Puedes venir a visitarnos siempre que lo necesites y recuerda hacer tus revisiones anuales o dos veces al año.
Hasta el próximo post